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Desde la creación de la OMC en 1995, el comercio mundial ha registrado una rápida expansión y cada vez está más interconectado. El sistema multilateral de comercio, que ha ayudado a 1.500 millones de personas a salir de la pobreza extrema, ha transformado innumerables vidas y ha generado una serie de oportunidades. Las empresas de todos los tamaños pueden acceder a nuevos mercados, impulsadas por las tecnologías e ideas más recientes. Se están creando nuevos empleos bien remunerados que inyectan dinamismo a la fuerza de trabajo mundial del futuro. Mientras tanto, los consumidores tienen acceso a una amplia gama de productos y servicios que nos acercan cada día más.

Al mismo tiempo, la desigualdad de los ingresos a nivel mundial sigue constituyendo un reto importante a pesar de la ligera disminución que ha experimentado en los últimos 20 años. Aunque el comercio ha crecido sustancialmente en términos absolutos, los beneficios que de él se derivan no siempre se distribuyen equitativamente. Las comunidades desatendidas, en particular las mujeres, siguen estando injustamente marginadas en la economía mundial. Y, en lo que respecta a los países menos adelantados (PMA), su participación en el comercio mundial apenas ha aumentado en los tres últimos decenios, mientras que la brecha digital es cada vez mayor. Hay un sentimiento cada vez más generalizado de que algo tiene que cambiar, ¿pero cómo?

La economía mundial está en un punto de inflexión, por lo que hemos de aprovechar la ocasión para reglobalizar el comercio de un modo más inclusivo. Con la reorganización de las cadenas de suministro, tenemos la oportunidad de integrar a nuevos actores en el sistema internacional de comercio y de crear una mayor resiliencia. La incorporación de políticas inclusivas en el conjunto de normas de la OMC también podría contribuir al fomento de la paz y la prosperidad y al empoderamiento de las comunidades marginadas. Mientras tanto, un sistema multilateral de comercio progresista y con mayor capacidad de respuesta también puede fomentar el logro de resultados positivos en materia de medio ambiente y garantizar una transición justa.

Reunámonos a fin de debatir el modo en que la reglobalización puede contribuir a un comercio mejor para un mundo mejor.