COLABORACIÓN CON OTRAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES
La OMC y la Comisión Mixta FAO/OMS del Codex Alimentarius
La colaboración entre la OMC y la Comisión del Codex Alimentarius se centra en la utilización de las normas internacionales en materia de inocuidad de los alimentos en el contexto del Acuerdo MSF.
Véase también:
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Más información sobre
las MSF
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Mandato
El Acuerdo MSF de la OMC estipula que “para armonizar en el mayor grado posible las medidas sanitarias y fitosanitarias, los Miembros basarán sus medidas sanitarias o fitosanitarias en normas, directrices o recomendaciones internacionales”. En el Acuerdo se menciona a la Comisión Mixta FAO/OMS del Codex Alimentarius como la organización de normalización competente en materia de inocuidad de los alimentos.
> Ver el Acuerdo MSF ±õ²Ô³Ù°ù´Ç»å³Ü³¦³¦¾±ón, párrafo 3 del artículo 12 y párrafo 3 a) del Anexo Avolver al principio
Comisión Mixta FAO/OMS del Codex Alimentarius
El Codex Alimentarius es una colección de normas internacionales en materia de inocuidad de los alimentos adoptadas por la Comisión del Codex Alimentarius (el “Codex”). El Codex tiene su sede en Roma y es financiado conjuntamente por la FAO y la OMS.
A comienzos de los años sesenta, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconocieron la importancia de formular normas internacionales con objeto de proteger la salud pública y de reducir al mínimo la perturbación del comercio internacional de productos alimenticios. Se estableció el Programa Conjunto FAO/OMS sobre Normas Alimentarias y se asignó a la Comisión del Codex Alimentarius la administración del programa.
Los fundadores del Programa de Normas Alimentarias y de la Comisión
del Codex Alimentarius deseaban proteger la salud de los consumidores
y garantizar prácticas leales en el comercio de alimentos. Opinaban
que ambos objetivos se podían conseguir mejor si los países
armonizaban sus reglamentaciones alimentarias y adoptaban normas
concertadas a nivel internacional. Mediante la armonización, preveían
menos obstáculos al comercio y una circulación más libre de los
productos alimenticios entre los países, que beneficiaría a los
agricultores y sus familias y contribuiría asimismo a reducir el
hambre y la pobreza.
Los fundadores llegaron a la conclusión de que el
Programa de Normas Alimentarias sería una solución para algunas de las
dificultades que impedían el libre comercio.
Los negociadores internacionales reconocieron durante la Ronda Uruguay
las ventajas de disponer de normas alimentarias universalmente
acordadas para la protección de los consumidores. Por consiguiente, no
es sorprendente que tanto el Acuerdo MSF como el Acuerdo OTC fomenten
la armonización internacional de las normas alimentarias, en las
distintas esferas de su ámbito jurídico. Es importante destacar que el
Acuerdo MSF cita las normas, directrices y recomendaciones del Codex
en materia de inocuidad de los alimentos como medidas para la
facilitación del comercio internacional y la protección de la salud
pública.
El Codex Alimentarius se basa en principios científicos. Expertos y
especialistas independientes de una gran variedad de disciplinas han
contribuido a la labor de garantizar que sus normas resistan el examen
científico más riguroso. La labor de la Comisión del Codex
Alimentarius, junto con la de la FAO y la OMS en sus funciones de
apoyo, ha proporcionado un centro de coordinación para la
investigación científica y el estudio de cuestiones relacionadas con
los alimentos, y la propia Comisión se ha convertido en un importante
medio internacional para el intercambio de información científica en
materia de inocuidad de los alimentos. Las normas del Codex también
han demostrado ser un punto de referencia importante para el mecanismo
de solución de diferencias de la OMC. Ver las diferencias sobre las
hormonas
DS26,
DS48,
DS320,
DS321, y la diferencia sobre las sardinas
DS231.
A lo largo de los años, el Codex ha formulado más de 200 normas en relación con alimentos elaborados, semielaborados o sin elaborar destinados a la venta directa al consumidor o a una elaboración intermedia; más de 40 códigos de prácticas higiénicas y tecnológicas; ha evaluado más de 1.000 aditivos alimentarios y 54 medicamentos veterinarios; ha establecido más de 3.000 niveles máximos para residuos de plaguicidas; y ha especificado más de 30 directrices para contaminantes.
> Para más información ver:
Nota de la Secretaría de la OMC:
G/SPS/GEN/775