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Aunque podrэa mencionar un nњmero considerable de factores relacionados con el desarrollo de las negociaciones mandatadas, creo que serс mсs beneficioso identificar solamente los cuatro puntos que el Uruguay considera son los mсs notorios: 1) Primero. En contradicciѓn con todo lo que se predica en materia de liberalizaciѓn para otros sectores o bienes transables, las propuestas recibidas durante la primera fase indican que algunos paэses desean seguir fomentando, o aun fortaleciendo, la discriminaciѓn que la agricultura ha tenido durante mсs de 50 aёos en la OMC. 2) Segundo. Varios paэses han indicado que para lograr resultados en la agricultura se debe ampliar el сmbito de las negociaciones e incorporar nuevos temas a las mismas, incluyendo algunos que son ajenos al comercio. Sin embargo, en forma paralela, se proponen mantener y agudizar los desequilibrios y las asimetrэas existentes en los temas tradicionales. 3) Tercero. Los paэses desarrollados sostienen que las futuras negociaciones deben incorporar plenamente la dimensiѓn del desarrollo. Sin embargo, cuando se habla de trato especial y mсs favorable los mismos paэses subrayan, entre otros, la asistencia tщcnica, el ajuste estructural, la capacitaciѓn o plazos mсs largos para poner en prсctica los Acuerdos. Щstos son, sin duda, aspectos relevantes pero, a mi juicio, de importancia secundaria para sus beneficiarios. En los paэses en desarrollo solamente encontraremos soluciones reales a nuestros problemas de desarrollo cuando nuestros productos puedan acceder a los mercados mundiales sin trabas y en condiciones equitativas de competencia. 4) Cuarto. Varias de las propuestas presentadas parecen indicar que los equilibrios necesarios para atender a los intereses de todos los Miembros se deben encontrar exclusivamente en el сmbito de la agricultura. En un sistema multilateral de comercio como el de la OMC, este enfoque carece de sentido ya que la њnica forma de contemplar los intereses de todos los Miembros es basar las concesiones mutuas en las ventajas comparativas y competitivas que cada paэs tiene. Podrэamos destacar otros aspectos preocupantes para el Uruguay, pero entiendo mсs constructivo que mis palabras, en lugar de mirar hacia atrсs, se dirijan hacia el futuro. Creemos que, una vez aprobado el programa de trabajo, lo verdaderamente importante es que todos aunemos nuestros esfuerzos y voluntades para alcanzar resultados sustantivos en materia agrэcola. En ese contexto reitero nuestro convencimiento de que nuestras propuestas son justas y razonables en la medida en que su objetivo es, ni mсs ni menos, que poner a la agricultura en un pie de igualdad con el resto de los sectores bajo el sistema del GATT/OMC. Creo pertinente recordar en este momento los objetivos que estсn claramente identificados en el preсmbulo del Acuerdo y que se recuerdan en el artэculo 20, es decir: establecer un sistema de comercio agropecuario equitativo y orientado al mercado mediante reducciones progresivas sustanciales de la ayuda y la protecciѓn a la agricultura, que se efectњen de manera sostenida a lo largo de un perэodo acordado, como resultado de las cuales se corrijan y prevengan las restricciones y distorsiones en los mercados agropecuarios mundiales. El desafэo que tenemos por delante en estas negociaciones no debe ser, entonces, fijar objetivos que ya estсn claramente indicados en el Acuerdo sobre la Agricultura. En estas negociaciones debemos simplemente acordar las medidas especэficas que nos permitan cumplir el objetivo acordado y los plazos necesarios para hacer que su puesta en prсctica ofrezca a todos el tiempo necesario para adaptar sus estructuras internas a las nuevas reglas y disciplinas y a los compromisos negociados. Por lo tanto, las negociaciones y los resultados a los que lleguemos en las mismas deben brindar un marco y un horizonte que, a la vez de ir en la direcciѓn del objetivo de liberalizaciѓn y reforma que buscamos los paэses productores eficientes de productos agrэcolas, debe ofrecer a los paэses que deberсn irremediablemente continuar con sus reformas agrэcolas internas, las orientaciones y el sustento que faciliten su instrumentaciѓn en perэodos razonables. En este contexto, pensamos que la clave en esta negociaciѓn son los plazos para lograr este objetivo. Somos conscientes que muchas de esas reformas no se pueden hacer de un dэa para el otro y se necesita cierto tiempo tanto para instrumentarlas como para hacerlas polэticamente viables a nivel nacional. Estamos dispuestos a negociar plazos razonables que contemplen los intereses de todos. Lo que sэ pretendemos es que esta negociaciѓn sea la њltima etapa para la integraciѓn plena de la agricultura a las normas de la OMC. No estamos dispuestos a ser rehenes de discusiones e interpretaciones que detengan o limiten el proceso y tener que discutir cada tantos aёos nuevos mandatos de negociaciѓn en materia agrэcola. Vivimos en un mundo que enfrenta crisis agrэcolas sin precedentes. Los medios de comunicaciѓn nos muestran a diario imсgenes dantescas que demuestran mejor que cualquier estudio teѓrico de expertos y eruditos el agotamiento de sistemas intensivos de producciѓn que necesitan desesperadamente profundizar su reforma a fin de responder a las exigencias de los consumidores y de los mercados. Es por ello que estoy convencido de que la њnica soluciѓn posible es la que he descrito mсs arriba. Se nos ha seёalado que existen otras metas ligadas a la producciѓn agrэcola que corren el riesgo de perderse. El Uruguay entiende que toda actividad humana tiene beneficios adicionales que deben preservarse. Y tal como lo hemos hecho en otros casos nos proponemos buscar la forma de acomodar las legэtimas preocupaciones de los paэses que deben realizar las reformas dentro del marco prescrito por el Acuerdo sobre la Agricultura, es decir mediante la identificaciѓn de medidas transparentes, que apuntan especэficamente al objetivo buscado y que no distorsionen el comercio y la producciѓn. Los paэses en desarrollo tambiщn precisan ver contemplados sus intereses y necesidades mediante el mismo tipo de medidas y con un acceso importante y acelerado a los mercados mundiales. Para finalizar, deseo destacar que el Uruguay le asigna una importancia capital a esta reuniѓn extraordinaria ya que inicia la etapa del proceso en la que se empezarсn a identificar las modalidades operativas especэficas que nos permitan el logro de nuestros objetivos. No se puede descartar que en la prѓxima Conferencia Ministerial acordemos el lanzamiento de una nueva ronda de negociaciones multilaterales. Para que ello sea posible deberemos aumentar el grado de precisiѓn del mandato negociador en agricultura asэ como del compromiso polэtico con su realizaciѓn. El Uruguay compromete sus mejores esfuerzos para lograr los resultados mencionados sea en el marco de las negociaciones mandatadas o en el de una eventual ronda mсs amplia. __________ G/AG/NG/W/148 Pсgina  PAGE 2 G/AG/NG/W/148 Pсgina  PAGE 3 !"#'(6KUY‘Љ)i!t!‹!Œ!’!“!”!•!А!Б!З!И!Й!К!Щ!њјєђяђђђъъчъъъчъmH jUCJ5:CJ,>* 5:CJ,"#$%&'(6IJKUVїђђк ађЖŒађђž0ђђ~ $$–lж0+p#$$–l4ж+p# $$–l”ˆџ4ж+p# $d„ўЄ№$$$–l4ж+p#`$$$dh$"#$%&'(678IJKOSUVWXYo’ЅІЇЈЉ)*+  YZТ У ~  XYЮЯъыжзЅІz{ijНОyzŠ‹И Й g!h!i!t!u!v!–!—!˜!™!Л!М!Н!О!П!Р!С!Т!Ф!Х!Ц!Ч!Ш!Щ!§§§ћ§§ћ§§љљљћ§љљљћ§§ћ§§§ћїїїљїїїљѕљѕљїљѕљљ45 XVWXYo’ЅІЇЈЉ)*+  YZТ У ~  Xњњь4њњтждддббддддЫдЫдЫдЫ„ „`њ$ $$–lж+p# $$ ЦаТ@$$–l”`џж+p#$$XYЮЯъыжзЅІz{ijНОyzŠ‹И Й g!h!i!t!u!§§§§§њ§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§ї§$$u!v!–!—!˜!™!Л!М!Н!О!П!Р!С!Т!Ф!Х!Ц!Ч!Ш!Щ!§єєє§ыыы§щ§щ§ч§щ§§§545 Ц аЁC#B#5 Ц аЁC# @# 0А‚. 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