OMC: NOTICIAS 2005
14 de septiembre de 2005
COMITÉ DE NEGOCIACIONES COMERCIALES
Lamy abre una “nueva etapa” en las negociaciones comerciales
El Director General Pascal Lamy, el 14 de septiembre de 2005, abrió la primera reunión del Comité de Negociaciones Comerciales que preside expresando la esperanza de que ésta marque una etapa nueva y más productiva para el CNC. Instó a intensificar los trabajos sobre las cuestiones fundamentales en el tiempo que queda hasta Hong Kong, y añadió que la Ronda sólo podrá tener éxito si “la dimensión de desarrollo está en el centro de las negociaciones”.
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Pascal Lamy
> Negociaciones actuales y cuestiones de aplicación: el Programa de Doha
> La Declaración de Doha explicada
> Explicación de la Decisión de Doha relativa a la aplicación
Declaración del Director General
Quisiera comenzar recordando mis intenciones con respecto al
procedimiento para nuestra reunión de hoy, expuestas en el fax que todas
las delegaciones recibieron el 6 de septiembre. Todos conocemos
perfectamente el reto a que debemos hacer frente de inmediato — que es
sentar las bases para el éxito de la Conferencia Ministerial de Hong
Kong — y todos sabemos que disponemos de muy poco tiempo para esta
tarea, incluida la organización de las reuniones del Comité de
Negociaciones Comerciales, que deseo sean breves, pragmáticas, realistas
y orientadas a la acción, comenzando por la reunión de hoy.
Como decía en mi fax, tengo la intención de poner fin a esta reunión a
las 13 h, lo que supone que unos y otros, yo el primero, pero ustedes
también, evitemos hacer declaraciones largas o repetitivas. Si
consideran que hablo demasiado y que me detengo demasiado en
consideraciones generales, por favor díganmelo. Acepto de buen grado que
se me llame al orden, con una condición: poder hacer lo mismo si observo
que alguno de ustedes se extiende demasiado tiempo en consideraciones
generales.
Deseo, pues, dar inicio a nuestras deliberaciones de hoy con unas
observaciones breves. Por principio de economía y para ser fiel a lo que
acabo de decir, no voy a emprender un diagnóstico general de la
situación en que nos encontramos, ni calificarla de buena o mala,
urgente o no urgente. Todos podemos hacer ese diagnóstico y lo
fundamental no es eso, sino ponernos de nuevo en marcha hacia un
objetivo para la Conferencia Ministerial, a saber — y eso es lo que les
propongo que adoptemos como meta común —, que en Hong Kong lleguemos a
cubrir dos tercios del camino. Cuando digo dos tercios del camino pienso
en los dos tercios que nos quedan por recorrer para concluir la ronda de
negociaciones a finales de 2006. Todos sabemos que Hong Kong no es el
final de la ronda, pero también sabemos que si en Hong Kong no llegamos
a cubrir los dos tercios del camino las perspectivas de concluir la
Ronda para finales de 2006 se verán gravemente comprometidas. Creo que
este es el objetivo en que debemos centrar todos nuestros esfuerzos, y
con ese ánimo les expondré ahora un diagnóstico preciso de las
cuestiones clave esenciales que a mi parecer son las que hemos de
resolver si queremos lograr un resultado coherente en Hong Kong. Esta
lista de cuestiones clave no es exhaustiva — es decir, no incluye todas
las cuestiones que vamos a abordar —; simplemente trato de identificar
las que son estratégicas, aquellas que tendrán que resolverse para poder
transformar el actual círculo vicioso en un círculo virtuoso.
Comenzaré con la agricultura. Permítanme destacar algunos puntos
sobre los cuales es necesario hacer progresos urgentemente. En el ámbito
de la competencia de las exportaciones, es menester que
preparemos para Hong Kong un acuerdo sobre una fecha límite para la
eliminación de las subvenciones a la exportación, sin perder de vista la
cuestión del paralelismo para las empresas comerciales del Estado
exportadoras, los créditos a la exportación y la ayuda alimentaria.
Con respecto a la ayuda interna, hace falta asimismo un
entendimiento claro de lo que se va a hacer, que a mi juicio debe
incluir los compromisos de reducción y, en particular, una fórmula
estratificada para las reducciones de la MGA Total Final Consolidada.
Como todos sabemos, esto presupone un acuerdo acerca de los criterios
del compartimento azul y del compartimento verde.
En relación con el acceso a los mercados, también hace falta un
paquete de resultados sólido, de un nivel de ambición equivalente.
Esto significa una fórmula estratificada para las reducciones
arancelarias acompañada de ciertas flexibilidades, en particular la
selección y el trato de los productos sensibles y de los productos
especiales.
Quiero añadir a esta lista todos los elementos de la cuestión del
²¹±ô²µ´Ç»åón.
La lista es corta, pero constituye de por sí un vasto cometido. El
Comité de Agricultura en Sesión Extraordinaria ha reanudado sus trabajos
esta semana y en breve daré la palabra al nuevo Presidente de ese
órgano, el Embajador Falconer. Quiero agradecerle que se haya hecho
cargo de esta tarea tan rápidamente, con una energía y un nivel de
comprensión de los detalles de las cuestiones verdaderamente notables.
Como él sabe, seguiré muy de cerca y apoyaré la labor del grupo, al
igual que la de todos los demás.
En cuanto al acceso a los mercados para los productos no agrícolas,
los elementos básicos son, a mi modo de ver, 1) la fórmula, 2) las
flexibilidades y 3) los aranceles no consolidados. El Grupo de
Negociación los abordará en los próximos días, después de la reunión
sobre la agricultura. Ahora bien, en el marco de estos tres elementos
básicos hay cuestiones que indudablemente van a requerir mucho trabajo y
es necesario hallar el equilibrio adecuado entre la fórmula y las
flexibilidades. Otros elementos, como la erosión de las preferencias,
el componente sectorial y los obstáculos no arancelarios, también
deben formar parte, en mi opinión, del planteamiento de Hong Kong.
En cuanto a la esfera de los servicios, la novedad con respecto a
rondas anteriores es la importancia que le atribuyen varios países en
desarrollo, lo que de por sí debería bastar para dinamizar esta parte de
las negociaciones. De aquí a Hong Kong, los Miembros deberían elaborar
distintos enfoques en la esfera de los servicios que den lugar a
compromisos más numerosos y de mejor calidad. Nos hacen falta
compromisos que abran de manera efectiva el comercio de servicios, con
las mejoras correspondientes en la esfera de la elaboración de normas.
En lo relativo a las normas, los Miembros deberían, a mi juicio,
aproximarse lo más posible a proyectos de textos negociados sobre
medidas antidumping, sobre subvenciones y medidas compensatorias y sobre
subvenciones a la pesca. Creo que también necesitamos cuanto antes
propuestas de tercera generación que comprendan propuestas de redacción
claras, a fin de que los Miembros puedan centrarse en las mejoras de los
Acuerdos.
En los demás sectores de las negociaciones queda todavía por aclarar lo
que será necesario para Hong Kong, y deberemos hacerlo lo antes posible.
Permítanme concluir esta breve lista dedicando unas palabras al
desarrollo. Lo más importante es que el desarrollo es parte
integrante de los diversos aspectos de las negociaciones. Es preciso
lograr resultados sustanciales en cada esfera particular de las
negociaciones, para que la suma de todas las esferas dé un fruto acorde
con la dimensión de desarrollo de la Ronda de Doha. El desafío consiste
en obtener de cada sector y de la Ronda en general el máximo valor en
términos de desarrollo. A mi juicio, esto constituye lo esencial de lo
que tenemos que tratar de lograr y negociar en relación con el
desarrollo. También hay una serie de cuestiones distintas que llevan la
etiqueta “relacionadas con el desarrollo”, algunas de las cuales están
bajo la égida del Consejo General. Por lo que respecta a la labor sobre
el trato especial y diferenciado, ámbito en el que el CNC ha venido
supervisando los denodados esfuerzos de Faizel Ismail, todavía hay una
clara necesidad de definir un resultado aceptable para Hong Kong. Creo
asimismo que, con respecto a los ADPIC y la salud pública, tenemos que
intensificar los trabajos para llegar a un acuerdo sobre la enmienda del
texto del Acuerdo sobre los ADPIC.
Todos sabemos que el Programa de Doha para el Desarrollo sólo podrá
verse coronado por el éxito si esta dimensión de desarrollo ocupa el
centro de las negociaciones, y tengo el convencimiento de que una
ventanilla de “asistencia para el comercio” puede ayudarnos a hacer
realidad el paquete de resultados de la Ronda en materia de desarrollo.
El FMI y el Banco Mundial que celebrarán sus reuniones anuales dentro de
menos de dos semanas — han empezado a centrarse en esta cuestión, como
lo ha hecho la reciente Cumbre del G-8 celebrada en Gleneagles.
Aquí termino con las cuestiones de fondo. Por lo que respecta al
procedimiento, creo que deberíamos considerar la reunión de hoy como el
comienzo de una fase nueva y, espero, más productiva del Comité, que
debe hacer ahora aquello para lo que fue creado, es decir, servir de
punto de coordinación de los progresos realizados en las distintas
esferas de las negociaciones. Creo que todos debemos recordar que este
Comité fue establecido por los Ministros en Doha para, en palabras
textuales, “supervisar […] la marcha de las negociaciones”. Los trabajos
detallados deben llevarse a cabo en los grupos de negociación, pero
aquí, en el CNC, es donde se examinan los progresos realizados en todos
los ámbitos, en el marco del todo único. Ciertamente nos reuniremos de
nuevo en modo formal, pero también me propongo celebrar reuniones
informales del CNC a nivel de Jefes de Delegación para garantizar la
transparencia y la participación de todos en las negociaciones. Y, por
supuesto, también les mantendré a todos informados de las demás
consultas informales que celebre que serán muchas — a través de este
canal.
No es mi intención anunciar hoy la fecha de la próxima reunión del CNC.
Ya se ha establecido el calendario de reuniones de los grupos de
negociación para las dos próximas semanas, y hasta que se hayan
celebrado esas reuniones no podremos ver con más claridad el modo de
proceder. Por lo tanto, en los próximos días quisiera dar prioridad a
las reuniones de los grupos de negociación.
Deseo simplemente recordar, con respecto al procedimiento, que ayer fue
13 de septiembre y que la Conferencia Ministerial tendrá lugar a partir
del 13 de diciembre; el cálculo es sencillo: tres meses. Tres meses no
significa necesariamente tres meses de trabajo pleno. Deberíamos
reservar los períodos intermedios, es decir, el de mediados de octubre y
el de mediados de noviembre, como sendos jalones en nuestro camino.
Obvio es decir que pronto habremos de determinar lo que hay que hacer
para poder alcanzar nuestro objetivo, pero pienso que mediados de
octubre sería el período propicio para evaluar los progresos realizados
y para precisar mejor, en ese momento, nuestras ambiciones de cara a
Hong Kong. Después, hacia mediados de noviembre, o sea, aproximadamente
un mes antes del inicio de la Conferencia Ministerial, los grupos de
negociación tendrán que haber producido resultados sustantivos y
específicos. Es evidente que todos iremos haciendo balance de la
situación a medida que avancemos y estimo que este examen continuo, más
que los plazos fijos — por eso hablo en líneas generales de mediados de
octubre y mediados de noviembre — es el mejor modo de mantenerse en el
buen camino. Nos adentramos hoy en un período de tres meses de
negociación permanente, y digo bien permanente, un poco como un equipo
de fútbol que se concentra en un campo de entrenamiento durante las
semanas anteriores a un partido decisivo.
Siguiendo con el tema del procedimiento, me gustaría también subrayar
que el proceso de Ginebra es el proceso central de la ronda de
negociaciones; que, a mi juicio, nada puede reemplazarlo; y que todas
las reuniones que se celebren fuera de este recinto deben organizarse de
modo que refuercen lo que hacemos aquí, ya se trate del calendario o de
las cuestiones tratadas. Dicho de otro modo: todas esas reuniones deben
integrarse en el proceso de Ginebra; no deben debilitarlo sino, por el
contrario, reforzarlo.
Por lo que me concierne personalmente, no quepa duda de que voy a
emplearme a fondo en este proceso y de que alentaré todas las
colaboraciones cruzadas que necesitamos. Ya he establecido una relación
de trabajo muy estrecha con la Presidente del Consejo General y los
Presidentes de los grupos de negociación. Asimismo, he entablado una
serie de contactos intensivos con las delegaciones aquí, incluidos los
coordinadores de los grupos regionales y de otras agrupaciones. Pienso
que, aparte de mis reuniones frecuentes con los Presidentes de los
grupos de negociación, el contacto constante con los Embajadores aquí es
el medio más indicado para que yo pueda tomar el pulso permanentemente a
las negociaciones y desempeñar el papel de “mediador” que ustedes me han
asignado.
En última instancia, vamos a tener que agrupar todos los trabajos que se
llevan a cabo actualmente en los grupos de negociación. En otras
palabras: debemos echar abajo las separaciones entre los compartimentos
y unir a tope todos nuestros logros. Lo haremos “bottom up” y no “top
down”, y al decir esto sé que me hago eco de cierto número de
preocupaciones que se han expresado aquí y allá. Sé que esto no se va a
hacer de la noche a la mañana, y mi intención es asegurar esta
transición entre un enfoque vertical, por temas, y un enfoque más
integrado, que es el que se someterá a la Conferencia Ministerial. Y lo
haremos en estrecha cooperación con la Presidente del Consejo General y
los Presidentes de los grupos de negociación. Normalmente, este proceso
debería permitirnos contar con un texto consolidado hacia mediados de
noviembre, es decir, con tiempo suficiente antes del comienzo de la
Conferencia para que ustedes puedan preparar a sus Ministros, algunos de
los cuales están constantemente en el corazón de las negociaciones pero
otros no tanto, y la experiencia demuestra que ustedes necesitan tiempo
para ello.
Termino aplicando el principio de economía del discurso que consiste en
tratar de limitarme a lo esencial, como espero harán ustedes a
continuación, y nombrando las dos preocupaciones que debemos tener en la
mente durante las próximas semanas si queremos el éxito en Hong Kong. La
primera es resistir juntos a la tentación del mínimo común denominador:
en otras palabras, no debemos caer en la tentación de reducir las
ambiciones, y estoy convencido de que si lo hacemos no lograremos el
éxito en Hong Kong. La segunda es que debemos — como acabo de intentar
hacerlo ante ustedes — enfocar con precisión cada uno de los temas
cruciales y la secuencia adecuada de esos temas para avanzar y para
evaluar permanentemente nuestros progresos.
Estas son las ideas sobre el fondo y sobre el procedimiento que quería
compartir hoy con ustedes.
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(solamente en inglés)
Aspectos más destacados de la conferencia de prensa del
14 de septiembre de 2005.
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