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DISCURSOS — DG NGOZI OKONJO-IWEALA

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Ministro Symmonds,
Secretario General Cormann,
Excelencias,
señoras y señores,

Buenos días y bienvenidos al Noveno Examen Global de la Ayuda para el Comercio. Gracias a todos por unirse a nosotros esta mañana.  Sé que algunos de ustedes han venido desde muy lejos para estar aquí con nosotros. Si no han visto el informe, no dejen de hacerse con un ejemplar.

Desde que se puso en marcha la iniciativa de la Ayuda para el Comercio en 2006, hemos recorrido un largo camino para ayudar a los países en desarrollo a utilizar el comercio como motor de crecimiento económico, desarrollo y mejora de la vida de las personas.

[Aunque es posible que al nombre en sí le venga bien una actualización,] la Ayuda para el Comercio es importante porque el aprovechamiento de los mercados mundiales ha demostrado ser el mejor camino de los países en desarrollo hacia la prosperidad.

La OMC celebra su 30º aniversario este año — además del 80º aniversario de la Conferencia de Bretton Woods, que dio lugar al GATT —, motivo que nos ha hecho reflexionar acerca de cómo ha cambiado el mundo.

  1. Uno de los cambios más positivos es que desde 1995, el crecimiento impulsado por el comercio ha contribuido a sacar de la pobreza extrema a más de 1.500 millones de personas.
  2. Entre 1995 y 2022, las economías de ingresos bajos y medianos casi duplicaron su participación en las exportaciones mundiales, al pasar del 16,5% al 32,2%, y el porcentaje de su población que subsiste con menos de 2,15 dólares EE.UU. al día disminuyó del 40% a menos del 11%.
  3. En un reciente artículo de Dev Patel, Justin Sandefur y Arvind Subramanian en la revista Foreign Affairs, se describían los tres decenios anteriores a 2020 como “el período de mayor desarrollo económico de la historia”, gracias en gran parte a la expansión de las oportunidades comerciales.

Pero ahora nos encontramos en momentos difíciles. Asistimos a un creciente proteccionismo, al retorno de la política industrial y a discursos que en ocasiones presentan el comercio como algo que va en contra de las personas y el planeta.

Las estadísticas comerciales muestran indicios de fragmentación, ya que los países que tienen cierta afinidad están empezando a comerciar más entre sí que con otros con los que el grado de coincidencia es menor.

Precisamente ahora que los países pobres que quedaron rezagados durante la reciente oleada de globalización tratan de beneficiarse del sistema multilateral de comercio abierto y previsible, se les dice que la globalización se ha acabado, y se supone que deben encontrar otra forma de valerse por sí mismos.

Sin embargo, quiero señalar que, a pesar de los desafíos a los que nos enfrentamos, en estos tiempos difíciles, el comercio sigue siendo resiliente y sigue ofreciendo oportunidades que los países en desarrollo pueden y deben aprovechar. La Ayuda para el Comercio sigue siendo un instrumento vital para ayudarlos a lograr precisamente eso.

El comercio mundial alcanzó un valor casi sin precedentes de 30,4 billones de dólares EE.UU. el año pasado.

  1. La OMC sigue haciendo su trabajo, ya que más del 75% del comercio mundial de mercancías se sigue produciendo con arreglo a las condiciones arancelarias básicas del trato de la nación más favorecida.
  2. Nuestros economistas esperan que el volumen del comercio de mercancías crezca un 2,6% este año, tras una disminución del 1,2% el año pasado, y proyectamos un crecimiento del 3,3% el año próximo.  
  3. El comercio de servicios está creciendo con fuerza, en particular en los servicios prestados digitalmente, que han cuadruplicado su valor desde 2005 y están creciendo en torno al 8% anual.
  4. El comercio verde también está aumentando.

La clave está en crear un entorno propicio para que los países en desarrollo aprovechen esas oportunidades y utilicen el comercio para impulsar el crecimiento, la creación de empleo y el desarrollo sostenible.

En primer lugar, manteniendo los mercados mundiales abiertos, previsibles y accesibles para los países en desarrollo. Estoy orgullosa de que los Miembros de la OMC adoptaran importantes medidas en esa dirección a principios de este año en la CM13, en particular las decisiones sobre la graduación de los PMA y el trato especial y diferenciado, que tanto tiempo se han hecho esperar.

En segundo lugar, debemos utilizar la Ayuda para el Comercio para conectar a más países y personas con los mercados internacionales, especialmente mediante la inversión en infraestructura digital tanto física como no física que contribuya a colmar la brecha digital y a hacer posible que las mujeres, los jóvenes y las mipymes prosperen en el comercio digital, en particular en los servicios prestados digitalmente.

En tercer lugar, debemos elaborar políticas comerciales que apoyen el comercio verde, incluida la transferencia de tecnologías verdes.

En cuarto lugar, podemos ayudar a reducir el riesgo en el entorno empresarial de los países en desarrollo por medio de acuerdos como el Acuerdo sobre Facilitación de las Inversiones para el Desarrollo, que obliga a los Miembros participantes a crear un entorno de inversión propicio para las empresas y sin burocracia.

Todo ello guarda relación con una gran oportunidad de alentar y apoyar la descentralización y la desconcentración de las redes de producción para incluir a los países en desarrollo que han ocupado una posición marginal en el comercio mundial, lo que en la OMC llamamos “reglobalización”. Podemos hacer que las cadenas de suministro sean más resilientes y, al mismo tiempo, más inclusivas.

Una esfera particularmente prometedora en este sentido es la creación de nuevas cadenas de valor para la extracción y elaboración de minerales esenciales en lugares en los que se encuentran esos minerales, con el impulso del hidrógeno verde y otros tipos de energía limpia.

En los próximos dos días haremos balance de lo que se ha logrado en la esfera de la Ayuda para el Comercio en los últimos 18 años y, lo que es más importante, veremos qué puede hacer la Ayuda para el Comercio para apoyar nuevas oportunidades en el futuro.

La OCDE y la OMC se asociaron desde el primer día de la iniciativa, y quiero dar las gracias a Matthias y a su equipo por continuar esta excelente cooperación. También le damos las gracias por venir directamente nada más bajarse del avión. Asimismo, quiero dar las gracias a las demás organizaciones internacionales que cooperan con nosotros.

El nuevo informe conjunto de la OCDE y la OMC sobre la Ayuda para el Comercio en síntesis indica que, desde 2006, los asociados bilaterales y multilaterales han invertido 648.000 millones de dólares EE.UU. en la creación de infraestructura económica, el reforzamiento de los sectores productivos y el fortalecimiento de las instituciones comerciales en todo el mundo en desarrollo.  Los desembolsos de Ayuda para el Comercio en 2022 alcanzaron un valor sin precedentes de 51.100 millones de dólares EE.UU.

En el ejercicio de vigilancia y evaluación realizado para el informe se ha señalado un grado considerable de coincidencia entre los países en desarrollo y sus asociados para el desarrollo.

Las prioridades observadas están muy en consonancia con las oportunidades que he mencionado anteriormente: el comercio de servicios, el comercio digital, el comercio verde y la ampliación de las cadenas de suministro. También se ha prestado mucha atención al apoyo a la agricultura, la productividad agrícola y la adición de valor, así como a la facilitación del comercio.

Aprovechemos estos dos días para hacer que nuestro trabajo en la esfera de la Ayuda para el Comercio siga ajustándose a sus fines y ofrezca más oportunidades comerciales al mayor número posible de personas, y que lo haga de la manera más eficaz posible.

Muchas gracias a todos.

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